Wednesday, December 25, 2013

Analisis de Martuchis, sobre Benito Juarez: Lecturas para la noche...

Juárez: El Rostro de Piedra.


Analisis por 

Martuchis

"Le gustaba la ropa de etiqueta. Lo hacía sentirse moderno, cosmopolita, como pensaba que debían ser todos los mexicanos del siglo XIX. Al calarse un frac y un sombrero de copa, al empuñar ese bastón que para él era semejante a un cetro, sepultaba en el olvido definitivo el calzón de manta, la camisa de percal y los huaraches que había usado durante la niñez"...

Desde siempre he dicho que los libros pueden contarte una historia, no sólo la que llevan resguardada en cada una de sus páginas, porque pueden hablarte de cuando aún no habían sido escritos, de cuando fueron publicados o contarte todo lo que hay con el tiempo y va mucho más allá de lo que llevan impreso en sus hojas.

Mi historia con este libro empezó mucho antes de que yo supiera que existía. En Marzodel 2009, me enviaron a cubrir una rueda de prensa de la presentación de un libro. Por lo general me gusta asistir a ese tipo de eventos, porque aunque muchas veces la cobertura no esté programada para un artículo de revista, es interesante atender a este tipo de invitaciones porque es casi de cajón que el autor comparta algo importante o alguna anécdota que no vas a encontrar entre las líneas que escribió.

Eduardo Antonio Parra.

Eso fue lo que pasó con "Juárez El Rostro de Piedra", que más que una rueda de prensa fue una reunión de gente, alrededor de Eduardo Antonio Parra (el autor del libro), quien empezó contando la idea que originó que él escribiera este libro.

Imagínense la siguiente escena: Un carruaje antiguo viajando por la zona desértica deSamalayuca en plena canícula... Pero no es un vehículo cualquiera, en él viaja Benito Juárez y algunos miembros de su gabinete.

Si en nuestra época, viajar por carretera y atravesar el desierto es algo difícil, imagínense lo que fue para este personaje tan importante en la historia de México, realizar ese trayecto (en un intento por mantener a salvo su gobierno del imperialismo impuesto por Maximiliano de Hasburgo y sus tropas francesas); por una zona en la que los hombres que lo acompañaban se fueron reduciendo en el camino cuando literalmente les explotaba el estómago debido al calor excesivo y la falta de agua; mientras el señor Presidente, viajaba bajo esas condiciones con su traje de levita en color oscuro.

Eso es lo que más recuerdo de la presentación de este libro, que el autor leyó un fragmento en el que describía a Benito Juárez viajando a través del desierto con destino a Paso del Norte, con el polvo, el sudor y el calor excesivo encima, con la lengua prácticamente pegada en el paladar por la falta de líquido y con mucha tristeza y añoranza por su familia... y todavía (por si todo eso fuera poco), con la incertidumbre de estar gobernando un país prácticamente arruinado en lo económico e invadido por el ejército francés.

De entrada la imagen de ese instante que inspiró a Eduardo Antonio Parra a realizar una investigación exhaustiva (que incluyó leer gran parte de las cartas que Benito Juárez le enviaba a su esposa), a mi me atrapó por completo, porque lo primero que vino a mi mente fue el recuerdo de un traje que observé resguardado en una vitrina en El Castillo de Chapultepec y que en realidad perteneció a Benito Juárez.

Así como ese traje que pasé largo rato observando me dio una idea de como fue en realidad físicamente uno de los héroes de los que me hablaron maravillas en los libros de educación primaria, "Juárez El Rostro de Piedra", me lo develó como un ser humano lleno de muchas contradicciones, aferrado al poder (porque modificó la constitución varias veces con la intención de seguir gobernando); y en el plano personal, un hombre que a pesar de ser liberal, tenía muchos prejuicios, bastante observador y al que le gustaba más escuchar que hablar.

Benito Juárez era demasiado serio, pocas veces expresaba sus sentimientos, las expresiones de su rostro eran indescifrables (de ahí viene el título del libro).

Sólo su esposa (que era la persona que más lo conocía y en quien él confiaba ciegamente), alguna ocurrencia de sus hijos más pequeños o su criado de confianza:Camilo lo vieron reírse alguna vez, ya que era un hombre bastante rígido al que no le gustaba el contacto físico, sobre todo con gente de su mismo sexo (por lo mismo prejuicioso que era); pero entre los aspectos positivos de su personalidad (y que pocos conocemos), está el hecho de que gracias a su excelente ortografía y su capacidad de redacción, recibió una invitación para formar parte de La Real Academia de La Lengua.

El libro es un viaje a través de sus pensamientos y a pesar de sus múltiples errores (que de no haber fallecido lo habrían convertido en un dictador), era un hombre que de corazón deseaba construir un México diferente.

A él le tocó gobernar tanto en tiempos de paz, como en tiempos de guerra; estar al frente de un país que ya desde esa época se encontraba prácticamente en la ruina; y es muy curioso saber que el título de Benemérito de Las Américas, lo recibió por parte de una universidad en Colombia y aunque él detestaba los reconocimientos y los títulos que denotaran una jerarquía por encima del común de la gente, irónicamente le otorgaron esa distinción en una etapa muy difícil de su gobierno.

De verdad es interesante conocer a un Benito Juárez, que aunque demasiado formal y serio, tuvo una época en que se divirtió mucho estando en Nueva Orleans; la época en que se ganó la vida en esa ciudad enrollando puros; sus sentimientos en el exilio y la pesadilla que vivió al estar preso en la cárcel de Úlua, de lo difícil que fue para él vivir después de que falleció su esposa, descubrir que a pesar de que fue uno de los detractores más severos con la iglesia; era un hombre creyente y que vivió con el remordimiento de que Dios lo castigaría tarde o temprano por haber atacado a sus representantes en la tierra; decisión que resultó en vano, porque los bienes incautados a la iglesia, no sirvieron ni para pagar la mitad de las deudas que en ese entonces tenía el país.

Yo creo que eso fue lo que me gustó de ese libro, descubrir a un Juárez muy distinto del que yo conocí en mis primeros años de formación, alejado del mito y del pedestal en el que los libros de historia lo colocan, y que después de terminar el libro me dejó con un pensamiento muy curioso al que le he estado dando vueltas en estos últimos días:

Siempre he pensado que ser presidente de la república no es cosa fácil. No lo es en la actualidad ni lo fue en la época de Juárez. Entiendo que es una realidad el hecho de que hemos tenido muy malos gobernantes, pero en la etapa que a él le tocó gobernar y a pesar de su elocuencia e indiscutible capacidad para dictar leyes, firmar acuerdos y diseñar decretos, la figura presidencial era meramente simbólica, (ya que con cualquier guerra o inconformidad de los miembros del gabinete quedaba anulada); entonces me es inevitable pensar en que a pesar de ser tiempos muy distintos, las circunstancias y las limitantes para el primer mandatario de México en ese entonces y en la actualidad no son muy diferentes que digamos...

Esa es la reflexión más importante que me deja este libro, del cual ya no quiero comentarles más para no privarlos del encanto que cada uno de ustedes puede tener si decide comprarlo y leerlo.

Como decía al inicio: Los libros pueden contarte una historia, mucho más allá de la que llevan resguardada en cada una de sus hojas... La mía fue esta, ya la he compartido con ustedes, que como bien saben la historia de mi país siempre me ha apasionado, y aunque considero que me falta mucho por descubrir y aprender, es gracias a la labor de varios escritores que en estos últimos años se han dado a la tarea de investigar y escribir sobre la vida de los personajes de la historia con sus errores y aciertos, que podemos descubrir y sobre todo entender lo que somos hoy como nación.

Ojalá más adelante la lectura me permita descubrir a otros personajes de la historia deMéxico desde otra perspectiva.


"Juárez El Rostro de Piedra"
Aut. Eduardo Antonio Parra
Ed. Grijalbo.

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